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Esta iglesia ubicada en el centro de la Carita de Dios, dentro de la
Plaza Grande o de la Independencia, es un ícono representativo de esta ciudad.
Cuenta la historia que fue levantada hace más de 400 años, en el siglo XVI “La
traza de la villa” asignó a la iglesia el solar que limitaba al norte por la
Plaza Mayor (Plaza Grande) y al sur por la quebrada que baja del Pichincha,
sucesivamente, llamada “Quincuhuayco”, “Sanguña” y del “Tejar”.
Es ahí donde los primeros religiosos de la ciudad, Juan Rodríguez y Francisco Jiménez, construyeron una capilla de adobe y techo de paja, así consta en una placa, colocada en la fachada, cerca al ingreso lateral de calle Espejo.
La Catedral como la conocemos ahora fue construida en su totalidad en 1567 y consagrada en 1572, es considerada la edificación de mayor jerarquía eclesiástica de Quito y mantiene hasta hoy sus funciones originales. La edificación se reconstruyó en 1660, luego de la erupción del Pichincha, y en 1755 y 1868 por los terremotos de esos años. En 1992 se realizaron trabajos en la estructura y en las cubiertas. En 1997 y 1999, respectivamente, se hicieron reparaciones en el atrio.
Esta iglesia, mantiene un estilo barroco, mudéjar, rococó, neogótico y neoclásico. Posee una importante colección de obras de arte, pinturas y esculturas realizadas por importantes artistas de la época colonial y republicana. Además de numerosos y preciados tesoros tiene La Catedral quiteña, tan modesta en apariencia: "La sabana santa", una de las obras más armoniosas e intensas de Caspicara; la Inmaculada de Legarda; el grupo de la negación de San Pedro, atribuido al Padre Carlos; el lienzo de la Muerte de la Virgen de Miguel de Santiago, puesto en el muro del trascoro y la serie de retratos de obispos que adorna los muros de la sala del capítulo son los más dignos de verse.
Es ahí donde los primeros religiosos de la ciudad, Juan Rodríguez y Francisco Jiménez, construyeron una capilla de adobe y techo de paja, así consta en una placa, colocada en la fachada, cerca al ingreso lateral de calle Espejo.
La Catedral como la conocemos ahora fue construida en su totalidad en 1567 y consagrada en 1572, es considerada la edificación de mayor jerarquía eclesiástica de Quito y mantiene hasta hoy sus funciones originales. La edificación se reconstruyó en 1660, luego de la erupción del Pichincha, y en 1755 y 1868 por los terremotos de esos años. En 1992 se realizaron trabajos en la estructura y en las cubiertas. En 1997 y 1999, respectivamente, se hicieron reparaciones en el atrio.
Esta iglesia, mantiene un estilo barroco, mudéjar, rococó, neogótico y neoclásico. Posee una importante colección de obras de arte, pinturas y esculturas realizadas por importantes artistas de la época colonial y republicana. Además de numerosos y preciados tesoros tiene La Catedral quiteña, tan modesta en apariencia: "La sabana santa", una de las obras más armoniosas e intensas de Caspicara; la Inmaculada de Legarda; el grupo de la negación de San Pedro, atribuido al Padre Carlos; el lienzo de la Muerte de la Virgen de Miguel de Santiago, puesto en el muro del trascoro y la serie de retratos de obispos que adorna los muros de la sala del capítulo son los más dignos de verse.
Sin duda alguna la que más llama la atención es el cuadro de, La Última
Cena, ya que Jesús tiene en su mano una “humita”, mas no el clásico pan, además
chicha pero no “vino”. Así lo cuenta Johan Ricaurte, guía turístico del lugar.
Los medios de comunicación reconocen
a esta iglesia como uno de los principales atractivos turísticos de Quito, es
por eso que en festividades como la Fundación de Quito, el diez de Agosto, se recomienda visitar la
Catedral, además de ser reconocida por los mismos, por la famosa leyenda del
Gallo de la Catedral.
Sin duda un lugar que se debe visitar, si se viene a la capital.
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